Comúnmente nos topamos con tradiciones muy peculiares que nos sorprenden. Sin embargo nunca nos preguntamos sobre aquellas tan comunes como una boda, ¿cuál es el verdadero origen y significado?.
Dependiendo de cada religión, una boda se celebra de distinta manera pero todas llevan a un mismo propósito: unir a los que se aman.
La tradición del anillo de compromiso ha existido desde los primeros orígenes de la humanidad.
Ya sea con algún adorno a base de elementos tan simples como ramas y flores hasta complejos y costosos anillos. siempre hemos buscado sellar el compromiso con algún símbolo
Los antiguos egipcios entregaban anillos a sus mujeres. En Egipto se creía que había una arteria que comunicaba el dedo anular con el corazón, así que los enamorados llevaban este anillo como prueba de su amor. Los egipcios creían que mediante este anillo, el amor quedaba atado y no podía escapar a través de la punta de los dedos.
En Roma, los novios entregaban un anillo de compromiso a sus futuros suegros, como parte del ritual de pedirle la mano de su hija. Eran argollas de hierro que significaban fuerza y permanencia.
En el siglo II a.C., los romanos entregaban dos anillos, uno al padre de la novia, y otro con forma de llave a su prometida, que solía abrir candados que custodiaban objetos importantes de la familia. Era una prueba de confianza.
Fueron los romanos los que dieron nombre a esta vena que conectaba la mano con el corazón, la vena amoris o del amor.
En la Inglaterra de Eduardo VI, en 1549, se decretó que el tercer dedo de la mano izquierda, excluyendo al pulgar, fuese el dedo anular oficial. En el Libro de Oración Común se designó la mano izquierda como la mano del matrimonio.
La Iglesia Romana también declaró esta mano como la del matrimonio en el Ritual Romano de Pablo V en 1615.
En el siglo VIII ya en nuestra era, los judíos empezaron a entregar una especie de anillo de compromiso en sus ceremonias nupciales.
Pertenecían a la sinagoga, y eran tan grandes que no podían ser llevados en ningún dedo. Sin embargo, la tradición del anillo de diamantes tiene mucho menos recorrido del que podamos imaginar. Es a partir del siglo XV que los anillos empezaron a ser engarzados con gemas, y cada una tenía un significado especial.
El primer anillo con diamante data de 1477, y fue dado a María de Borgoña por el archiduque Maximiliano de Austria.